Declaración de Innocenti
La Declaración de Innocenti fue producida y adoptada por todos los participantes en la reunión de la OMS/UNICEF sobre «Lactancia Materna en los 90’s», una iniciativa mundial, co-patrocinada por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (AID.) la Autoridad Suiza para el Desarrollo Internacional (SIDA), sostenida en el Spedale degli Innocenti, Florencia, Italia, del 30 de Julio al 1 de Agosto de 1990. La Declaración refleja el contenido del documento original preparado para la reunión y los puntos de vista expresados en grupo y en las sesiones plenarias.
RECONOCIENDO que la Lactancia Materna es un proceso único que:
Provee una nutrición ideal para los niños y contribuye a su saludable crecimiento y desarrollo
Reduce la incidencia y la severidad de las enfermedades infecciosas, por lo tanto disminuyendo la morbilidad y la mortalidad infantil
Contribuye a la salud de la mujer reduciendo el riesgo de cáncer ovárico y del pecho y por aumentar el espaciamiento entre embarazos
Provee beneficios sociales y económicos a la familia y a la nación
Provee a la mayoría de las mujeres con un sentido de satisfacción cuando hay lactancia exitosa
y que recientes investigaciones han encontrado que:
Estos beneficios aumentan con el aumento de la exclusividad de la lactancia materna durante los primeros seis meses de edad y después de esto con incremento en la duración de la lactancia materna con alimentación complementaria y,
La Intervención programada puede resultar en cambios positivos en el comportamiento de la lactancia materna
Nosotros por lo tanto declaramos que
Como una meta global para una optima salud y nutrición materna e infantil, debe permitirse a todas las mujeres practicar lactancia materna exclusiva y todos los niños deben ser alimentados exclusivamente con leche materna desde su nacimiento hasta las 4-6 meses de edad.
De ahí en adelante los niños deben continuar siendo alimentados al pecho recibiendo además alimentación complementaria adecuada y apropiada hasta cuando menos los dos años de edad. Este ideal de alimentación infantil será alcanzado creando un ambiente apropiado de conciencia y apoyo para que las mujeres puedan lactar de esta forma.
Obtener esta meta requiere, en muchos países, el reforzamiento de una «cultura de la lactancia materna» y su vigorosa defensa contra las incursiones de la «cultura del biberón». Esto requiere compromisos y abogar por la movilización social, utilizando al máximo el prestigio y autoridad de líderes sociales reconocidos en todas las facetas de vida.
Deben de hacerse esfuerzos para aumentar la confianza de las mujeres en su habilidad para la lactancia materna. Este reforzamiento incluye la remoción de restricciones e influencias que manipulan la percepción y el comportamiento hacia la lactancia materna, a menudo mediante medios sutiles e indirectos. Esto requiere sensibilidad, vigilancia continua y una estrategia de comunicación comprensible y responsiva incluyendo a todos los medios y dirigida a todos los niveles de la sociedad. Más aún,
Deben ser eliminados todos los obstáculos a la lactancia materna dentro del sistema de salud, del lugar de trabajo y de la comunidad. Deben tomarse medidas para asegurar que las mujeres estén adecuadamente nutridas tanto para conseguir una salud óptima y la de sus familias. Además, asegurándose de que todas las mujeres tengan acceso a la información y servicios en planificación familiar les permite sostener la lactancia materna y evitar intervalos cortos entre nacimientos que puedan comprometer su salud y estado nutricional y el de sus hijos.
Todos los gobiernos deben desarrollar políticas nacionales sobre lactancia materna y establecer objetivos apropiados para los 1990s. Deben establecer un sistema nacional para monitorizar el logro de sus objetivos y deben desarrollar indicadores como la prevalencia de bebés alimentados exclusivamente con leche materna al ser dados de alta de las maternidades y la prevalencia de bebés alimentados exclusivamente con leche materna a los cuatro meses de edad.
Se exhorta a las autoridades nacionales a integrar sus políticas sobre lactancia materna en sus políticas generales de salud y desarrollo. Haciendo esto deben reforzar todas las acciones que protegen, promueven y apoyan la lactancia materna dentro de programas complementarios como cuidado prenatal y perinatal, nutrición, servicios de planificación familiar y prevención y tratamiento de enfermedades comunes de la infancia y maternas. Todo el personal de salud debe ser entrenado en las habilidades necesarias para implementar estas políticas de lactancia materna.
Metas operacionales
Todos los gobiernos para el año de 1995 deben haber:
Designado un coordinador nacional de lactancia materna de jerarquía apropiada y establecido un comité nacional multisectorial de lactancia materna compuesto por representantes de departamentos relevantes del gobierno, organizaciones no-gubernamentales y organizaciones de profesionales de la salud.
Asegurado que cada instalación que otorgue servicios de maternidad practique completamente todos los diez de los Diez pasos para una lactancia Exitosa establecidos en la declaración conjunta OMS/UNICEF «Protección, Promoción y Apoyo de la Lactancia Materna: el papel especial de los servicios de maternidad»
Tomado acción para dar efecto a los principios y miras de todos los Artículos del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna y en su totalidad las subsecuentes relevantes resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud; y
Aprobado legislación imaginativa protegiendo los derechos a la lactancia materna de las madres trabajadoras y establecido medios para su aplicación
También hacemos un llamamiento a las organizaciones internacionales para:
Diseñar estrategias de acción para la protección, promoción y apoyo a la lactancia materna, incluyendo una monitorización y evaluación global de esas estrategias
Apoyar análisis situacionales y encuestas nacionales y el desarrollo de objetivos y metas para acción
Animar y apoyar a las autoridades nacionales en la planificación, implementación, vigilancia y evaluación de sus políticas de lactancia materna.
Con motivo de la celebración de la “Semana Mundial de la Lactancia Materna”, el UNICEF afirma que el amamantamiento salva vidas aun en situaciones de guerra
Nueva York, 6 de agosto de 2003 – Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna de 2003, el UNICEF realizó hoy una llamamiento en favor de un compromiso constante con la protección, el fomento y el respaldo del amamantamiento de los recién nacidos.
La consigna de la celebración de este año es “Paz y Justicia”, y en todas las actividades relacionadas con la misma se hará hincapié en los enormes beneficios que ofrece la lactancia materna aun en las circunstancias más peligrosas. El UNICEF afirmó que incluso en situaciones bélicas, la lactancia materna favorece una buena salud y nutrición, protección y supervivencia a todos los niños de corta edad.
“Los niños a quienes se amamanta son los que cuentan con mayores probabilidades de sobrevivir cuando se interrumpe el suministro de provisiones, cuando se corta el servicio eléctrico, cuando los hogares resultan destruidos y cuando estallan las epidemias”, afirmó la Directora Ejecutiva del UNICEF, Carol Bellamy. “Cuando las madres puedan amantar a sus hijos, esos niños y esas niñas se mantienen sanos”.
La leche materna como alimento exclusivo es el producto nutritivo ideal para los lactantes durante los primeros seis meses de vida, ya que contiene todos los nutrientes, anticuerpos, hormonas, factores inmunológicos y antioxidantes que necesitan los lactantes para vivir con plena salud. La leche materna protege a los niños de corta edad de la diarrea y las infecciones agudas de las vías respiratorias, y estimula sus sistemas inmunológicos.
«Hoy en día resulta más claro que nunca que el amamantamiento exclusivo durante los primeros seis meses de vida y la posterior lactancia materna complementada con alimentos adecuados constituye un importante aporte en pro de la supervivencia, la salud, el desarrollo, la nutrición y el bienestar emocional de los niños de corta edad”, afirmó Bellamy.
Los datos del UNICEF sobre la supervivencia infantil, que publicó recientemente la revista médica The Lancet, demuestran que la lactancia materna óptima puede salvar más vidas de lactantes que cualquier otra medida individual. Más de 10 millones de niños mueren anualmente debido a enfermedades generalmente prevenibles, como la diarrea, la neumonía, el sarampión, el paludismo y el VIH/SIDA. Si todos los lactantes fueran amamantados durante sus primeros seis meses de vida, y siguieran ingiriendo leche materna varios meses más, se podrían salvar 1,5 millones de vidas por año.
Además de tener profundas consecuencias en las tasas de mortalidad infantil, la lactancia materna:
Mejora el restablecimiento de la madre y reduce las probabilidades de cáncer.
Reduce los gastos de las familias en alimentos y atención de la salud.
Aumenta los niveles de micro nutrimentos, proteínas y energía, incrementando así también la capacidad productiva.
Ayuda a reducir la fecundidad.
Protege el medio ambiente al reducir el consumo de leña y productos plásticos, farmacéuticos y lácteos.
Reduce el ausentismo laboral al disminuir las tasas de enfermedad de las familias.
El UNICEF apoya la lactancia materna óptima al abogar ante los gobiernos nacionales por la aplicación de políticas favorables que protejan, fomenten y apoyen la lactancia materna, como el Código Internacional para la Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna, los hospitales amigos de los niños y la atención de la salud infantil con el objetivo de garantizar el mejor comienzo con el amamantamiento, así como al fomentar el apoyo comunitario a los cambios sociales necesarios para que las mujeres se sientan seguras practicando la lactancia materna y la alimentación complementaria.
El Artículo 24 de la Convención sobre los Derechos del Niño estipula que los gobiernos deben garantizar que todos los sectores de la sociedad estén al tanto de los beneficios del amamantamiento. «Todas las madres tienen derecho a amamantar a sus hijos, ya que se trata de un elemento fundamental para asegurar el derecho de la infancia a la alimentación, la salud y la atención”, afirmó Bellamy. «Los gobiernos y las comunidades deberían fomentar y apoyar ese derecho».
“En situaciones de emergencia o desastre, la lactancia materna suele ser la única garantía de que los lactantes reciban una alimentación segura”, comentó Bellamy. “El amamantamiento es un don invalorable que les podemos otorgar a todos los niños del mundo. Protejamos la lactancia materna y protejamos a nuestros niños”.